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RESISTENCIA Y MOVIMIENTOS SOCIALES 4°

HISTORIA DE LOS MOVIMIENTOS DE RESISTENCIA

Desde las ciencias sociales, sobre todo desde la política, la resistencia también puede ser entendida de diferentes modos. Pero en general hay un elemento que las une, es la oposición al status quo.  Este concepto comenzó a ser estudiado hacia fines de las década de los sesenta ante las protestas sociales de esos años. En este momento histórico la lucha era por la libertad. La batalla era dada desde el ámbito público, más precisamente desde la política. Ya que la misma era entendida como una herramienta que abarca todos los aspectos de la vida.  En este caso la resistencia es concebida como la acción, esta tenía como punto de partida la creación propia. Sin embargo hay quienes entienden que la resistencia debe ser llevada a cabo mediante los enfrentamientos armados, mientras otros sostienen todo lo contrario, el camino por el cual se debe optar es la paz.

1.       Resistencias activas y pasivas:

En el análisis social el término se aplica a aquellas acciones y reacciones mediante las cuales la sociedad entera o buena parte de ella, se opone, rechaza, impugna y desafía los proyectos, iniciativas y acciones que quieren imponer otros sujetos sociales. En este sentido, A. Metréaux define la resistencia como la “oposición consciente y sistemática a la introducción de una o de muchas innovaciones”
            La resistencia en sus diferentes formas, violenta, pasiva, no violenta (pacifica, civil) es una respuesta a la violencia institucionalizada. La primera y la última tienen en común su oposición a cualquier abuso del poder, la reivindicación de derechos conculcados o negados, y en ellas está presente el elemento volitivo, aunado a las convicciones, para provocar un cambio radical del orden social injusto. Aparece en ambas, por ello, cierta utopía sobre un mundo y un hombre nuevos. Difieren entre sí en cuanto al método, estrategias y ritmos para lograrlo. La primera opta por la respuesta violenta de tipo armado, aunque ello implique romper los cauces legales; diseña estrategias militares y se propone lograr los cambios en el menor tiempo posible. La resistencia activa no violenta plantea estrategias de lucha asentados en la fuerza de los valores éticos con los que se opone a las acciones injustas del agresor a cuya conciencia apela: permanece en las fronteras de los marcos legales, los transgrede con acciones pacíficas cuando éstos son claramente injustos. Y su lucha es a largo plazo pero, al mismo tiempo, más profunda. La resistencia pasiva, por el contrario, rehuye la acción y permite, con ello, la permanencia de situaciones de injusticia. De un tiempo a la fecha los movimientos sociales han empezado a revalorizar las formas de resistencia civil a tal grado que cualquier forma de resistencia armada les resulta extemporánea y, por demás, riesgosa.
            En Nuestra América, la resistencia es parte sustancial de su historia y de su cultura y el término ha quedado incorporado al léxico popular y al académico. Ha tenido múltiples formas, diferentes actores, diversos campos de acción, como expresión de los esfuerzos por sacar adelante un proyecto alternativo de desarrollo que preserve la soberanía de los países y la identidad de sus culturas sin que ello implique necesariamente negarse a la apertura al mundo. Quinientos años de agresiones, imposiciones forzadas y expoliaciones por parte de los países coloniales (Europa y Estados Unidos), pero también de las oligarquías y elites nacionales, acicateadas por la obsesión de imponer por la fuerza el modelo occidental de desarrollo, han suscitado movimientos políticos y sociales de oposición en defensa de sus modos de vida y de producción (material y simbólica) y, como países independientes, de su soberanía e identidad.

Guillermo Bonfil Batalla utiliza con frecuencia la expresión cultura de resistencia. Ésta se refiere a la resistencia militar de los indios, en la que siempre han sido derrotados, pero también a la resistencia cultural que han presentado al modelo de desarrollo que no sienten como propio y del cual se saben excluidos. Los grupos indios resisten para lograr la permanencia de sus espacios de cultura, se oponen a las innovaciones si les son impuestas desde fuera y se apropian elementos de otra cultura cuando pueden mantener el control sobre ellos. Si bien esta cultura de resistencia alcanza su mayor densidad en la lucha de los pueblos indios de América, los demás sectores subalternos no quedan excluidos de ella.
            No ha de pensarse, por ello, como se afirma con frecuencia, que la resistencia de estos sectores, grupos o clases sociales es sólo rechazo y oposición a lo que viene de fuera: el progreso. Cuando esto sucede es porque el grupo subalterno considera que lo que viene de fuera de su ámbito cultural aunque se presente bajo la máscara de progreso, no ha de asumirse a cualquier precio. En muchos casos, sin embargo, la resistencia se combina con la complicidad de lo otro, que estos grupos se apropian y asimilan sin sacrificar lo específico de su cultura.

La resistencia contemporánea:

El concepto de prácticas de resistencia surge de los análisis que Michel Foucault realiza sobre los nuevos movimientos sociales surgidos a partir de 1968, interesándose por las estrategias de oposición a una realidad que se asume como natural. Dichos movimientos tienen en común el hecho de plantear su lucha fuera de los criterios tradicionales de reivindicación que giraban, hasta entonces, en torno al esquema identidad-opresión-liberación. Es a través de sus reivindicaciones que se empieza a dotar de significado político a lo que hasta entonces era considerado del plano privado. De esta manera rompen con los límites de lo establecido como política, asumiendo que «todo es político».
Desde cualquier marco teórico, el conocimiento de las actuales transformaciones y del deber ético-político de tomar partido y participar en el desencadenamiento del cambio va a depender la efectividad de la intervención. Habrá tres ejes básicos en los cuales se arma la teoría base de las prácticas de resistencia, sobre todo en Latinoamérica:
·         Diversidad e identidades en los procesos de resistencia al sistema de dominación múltiple del capitalismo global; la articulación de las luchas, saberes, cosmologías, culturas y perspectivas libertarias.
·         Poder, política y lucha por la emancipación y los desafíos a los movimientos sociales frente a nuevos estímulos y realidades.
·         Alternativas frente a la cultura y la comunicación hegemónicas.

Un tema central en toda teoría de las prácticas de resistencia es la educación. Así, se logra establecer un tercer vínculo con la desigualdad en la lógica de poder y privilegio. Cuando funcionan como exclusión, las categorías de igualdad y educación en el análisis de los movimientos sociales, las prácticas de resistencia tienden al desborde popular que en última instancia deviene en inestabilidad política y falta de claridad en los objetivos. Por eso, antes que superponer el control social a las prácticas de resistencia, es importante entender la lógica de las demandas de las poblaciones inscritas como sujetos sociales para tener un clima consistente de participación, preparación y de seguridad sobre los planteamientos.


Aunque las experiencias históricas sobre la resistencia no violenta son tan antiguas como las sociedades humanas, la resistencia no violenta moderna se debe a la experiencia del movimiento de independencia indio y las enseñanzas de Gandhi quien a su vez se inspiró en Leo Tolstoi y Henry D. Thoreau, y básicamente comprendería algunos de estos elementos en el proceso:
·         resistencia ética, moral, religiosa, ideológica (originalmente la 'no-resistencia', no resistirse al mal causando injusticia).
·         Intentar la Negociación e incluso el arbitraje
·         Preparación, entrenamiento y concienciación del grupo (rebelde) para la acción directa
·         Agitación y peticiones concretas de cambio y transformación del régimen o sistema político-social
·         Emisión de un ultimátum (dirigido al oponente u opresor)
·         Medidas de Boicoteo económico y medidas de huelga
·         No cooperación o no colaboración política (por ejemplo con las autoridades)
·         Formas de acción directa o intervención no violenta como la Desobediencia civil
·         Creación de instituciones paralelas (como la usurpación de las funciones de gobierno)
·         Desafío total con la creación de un Gobierno paralelo

2.       Defensa de la etnia, la tierra y el territorio:

La defensa de los territorios indígenas es constante, puesto que no existe territorio que no esté bajo presiones o amenazas resultantes de la situación político económica global, en la que muchos actores económicos miran con avidez los recursos del suelo y del subsuelo, e intentan tomar ventaja de las dificultades que tienen las comunidades para impedir que ingresen a sus territorios y se apropien de estos recursos.
Históricamente, los pueblos indígenas han usado todas las estrategias posibles para conseguir el reconocimiento de sus tierras ancestrales y la titulación de sus territorios. Esas estrategias incluyen la reivindicación legal lograda por los movimientos indígenas contemporáneos, y en muchos casos, el uso de la fuerza para defenderlas o recuperarlas.
Los Movimientos Indígenas
En los últimos cuarenta años surgieron nuevas organizaciones, jurídicamente conformadas como asociaciones civiles, y llamadas a veces federaciones, otras consejos, congresos y asociaciones, que agrupan a las comunidades por cuencas, o por pueblos indígenas, con el objetivo de reivindicar y defender derechos colectivos. Estas organizaciones se han fortalecido en la protección territorial1, reclamando la seguridad jurídica, y el saneamiento, demarcación y titulación de zonas colectivas de los bosques.
En muchos casos, los movimientos locales se involucran directamente en la defensa de los territorios, como ocurre en las comunidades indígenas de Madre de Dios (Perú), Pando (Bolivia) y Acre (Brasil), que conformaron el Comité del Foro Permanente Trinacional Indígena para monitorear la situación de sus territorios, frente a diversos proyectos de inversión.


También las marchas indígenas posicionan la defensa del territorio y le dan visibilidad política y simbólica. Por ejemplo, en Octubre de 2008, partieron desde el Cauca 20.000 indígenas colombianos hacia Bogotá, en una marcha conocida como “Minga de Resistencia Social y Comunitaria del Suroccidente Colombiano”, como una forma de validación territorial y en Bolivia, desde 1990, los pueblos indígenas han realizado 9 marchas nacionales por sus derechos a la autodeterminación, la tierra y territorio. En Noviembre de 2006, en la Quinta Marcha Nacional Indígena Campesina por la Reconducción Comunitaria, indígenas del Beni, Pando, Guarayo y la Región Occidental de ese país recorrieron 900 km, desde Santa Cruz hasta La Paz, para exigir su derecho al territorio y a los recursos naturales. En respuesta, fue sancionada la Ley de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria, que modificó la ley de tierras.
Los Pueblos Indígenas de Bolivia continúan defendiendo sus derechos a través de marchas. Ahora que el gobierno nacional planea la construcción de una carretera (Villa Tunari-San Ignacio de Moxos) que atraviesa Territorios Indígenas y el Parque Isoboro-Sécure (TIPNIS), la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) rechaza la construcción de la carretera.
Defensa mediante la fuerza
Para impedir la presencia de agentes externos, militares y empresarios, al interior de sus territorios, algunas veces los indígenas recurren a estrategias de defensa que implican enfrentamientos violentos y muertes de indígenas, colonos, trabajadores de empresas y policías.
Los pueblos en aislamiento voluntario también, a veces, recurren a esta estrategia como la única forma de defender sus territorios y su decisión de mantenerse sin contacto con el mundo blanco.
Estrategias Jurídicas de Defensa
Cuando sus derechos se ven vulnerados, los pueblos indígenas tienen la opción de realizar presentaciones judiciales ante los órganos jurídicos locales y nacionales. En muchas ocasiones, esos órganos no resuelven los problemas, o no respetan los tratados internacionales de derechos indígenas. Entonces, recurren a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que analiza los mismos y los pone a consideración de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La apropiación de grandes extensiones de tierras por grupos de poder y la lucha de los pequeños propietarios, productores campesinos y poblaciones indígenas en defensa de sus derechos no son nuevos, sino que se han dado frecuentemente a lo largo de la historia. Pero esta reciente oleada de acaparamiento de tierras se justifica con nuevos argumentos. Uno de ellos es que la apropiación de grandes extensiones para la producción de biocombustibles se defiende recurriendo a la problemática del cambio climático, cuando, como se sabe, el tipo de agricultura industrial que se va a desarrollar en estas áreas implica la producción de gases invernadero. También, a menudo se sostiene en nuestros países que no se debe poner límite a la extensión de las unidades agrícolas puesto que con la agricultura a gran escala se obtienen los rendimientos más altos, que serían imprescindibles para poder alimentar a la población en crecimiento. Pero no se dice que ese tipo de agricultura contamina el medio ambiente y elimina la agrobiodiversidad y, aun cuando fuera más productiva que otras alternativas –lo cual tampoco está demostrado–, no es sostenible.

Otro aspecto que los defensores del acaparamiento de tierras no mencionan es que la instalación de grandes propiedades, por lo general en regiones pobres y de escaso desarrollo institucional, otorga a los nuevos terratenientes gran poder e influencia en las decisiones políticas, incluso a nivel nacional y que, el nuevo proceso de concentración de tierras se impone sobre niveles preexistentes de desigualdad, que demandan políticas redistributivas en lugar de limitar el acceso a la tierra a la población rural
3.       Lucha contra la explotación en la Mita y la Hacienda:

Mita incaica
Era un sistema de trabajo a favor del Estado Imperial, fortalezas, centros administrativos, templos, acueductos, explotación de minas, etc. Existía una mita para servicios especiales como las labores de cargueros del Sapa Inca, músicos, chasquis y danzantes, los obligados a cumplir esta labor eran los adultos hombres casados, mas no las mujeres, cuya edad oscilaba entre los 18 y 50 años. Los incas elaboraron de manera creativa un sistema preexistente de no solo la mita, sino también el de intercambio de los objetos de veneración religiosa de los pueblos que conquistó y anexó al imperio. Este intercambio garantizaba el debido respeto entre los pueblos conquistados. En este caso, huacas y pacarinas se convirtieron en centros importantes de culto compartidos y puntos de la unificación de la diversidad étnica y lingüística en el imperio, con lo que se aseguraba la unidad de los pueblos a menudo geográfica y étnicamente dispares.

En la época colonial
Este sistema de trabajo obligatorio continuó por un tiempo ya dentro del periodo colonial, ayudando a desarrollar internamente una economía de mercado con productos y servicios para España. Cada grupo de indígenas aportaba a la corona un número determinado de trabajadores durante varios meses del año. Estos trabajadores eran movilizados de sus lugares de origen hacia las zonas en las que se les requería para diversas actividades.
La mita establecía cuotas laborales que debía cumplir la población nativa tributaria según asignación que hiciese el corregidor, tanto para el servicio del encomendero como del poseedor de mercedes de tierra o hacendado. Se sorteaba a la población indígena de un determinado lugar periódicamente para trabajar durante un plazo o tiempo determinado al servicio de la clase española mediante el pago de un salario controlado por las autoridades. Los propietarios de encomienda deducían de los jornales la cantidad que las personas comprometidas debían pagar por concepto de tributo y el resto se les daba a ellas. La duración de la mita minera se fijó en diez meses dentro de cada año y no se podía exceder de un tercio permanente de la población tributaria para ser destinada a estas labores.
A cambio de la fuerza de trabajo y de los consiguientes tributos que recibía el encomendero, este tenía la obligación de catequizaren la religión católica a las personas que le habían sido encomendadas. El servicio forzado ejercía una inmensa presión sobre la población, causando mucho daño y cientos de miles de víctimas mortales, sobre todo entre los trabajadores en las minas como la de Potosí. Esto obligó a la corona española a llevar esclavos negros al Virreinato.




Mita de Potosí
La Mita de Potosí fue la explotación inhumana de cientos de miles de indígenas de los Andes, quienes trabajaban como mitayos hasta caer muertos en las minas de plata del Cerro Rico vecino a la ciudad. Los indígenas trabajaban en jornadas de hasta 16 h, en algunos casos sin utilizar pala ni pico, removiendo la tierra con las manos, y debiendo trasladarse por kilómetros desde las minas hasta los establecimientos de fundición. Los accidentes eran frecuentes y al mortandad horrenda. Se estima que no menos de 20.000 indígenas perdieron la vida en las explotaciones de plata de Potosí.
La ciudad de Potosí, situada en la mítica región del Alto Perú (actual República de Bolivia) experimentó, durante los siglos XV, XVI y XVII un desarrollo extraordinario, al punto que en 1645, a sólo cien años de su fundación, se había convertido en una urbe de más de 160.000 habitantes. Era la ciudad más poblada del continente americano y una de las más grandes del mundo.
Servían regularmente trabajando en el laboreo de las minas durante cuatro meses al año, renovables en tres turnos; por esta razón, grandes contingentes humanos se trasladaban  desde sus pueblos de origen hasta la villa de Potosí.

Existieron varias clases de Mita: La Mita Agraria para el trabajo en las haciendas, duraba de tres a cuatro meses La Mita Minera que se desarrollaba en las minas por un período de cuatro meses, y la Mita de Obrajes que se realizaba en las incipientes fábricas de tejidos y paños. La mita causó la desintegración de la comunidad indígena y rompió el vínculo de ésta con la tierra

Las haciendas
Durante el siglo XVII, la hacienda se fue consolidando como unidad económica de múltiples facetas, mientras la encomienda cedía como sistema de trabajo e institución social. La hacienda se fue conformando en una segunda etapa económica del período colonial, ya que fue sustituyendo a la explotación minera del comienzo. La tierra empezó a adquirir un alto valor, lo que llevó a una gran presión por ocupar los terrenos que quedaran disponibles.
El siglo XVIII las haciendas dejaron de ser simples unidades autosuficientes, que se preocupaban de satisfacer las necesidades básicas de sus inquilinos, convirtiéndose ahora en exportadoras. Las que se encontraban más cerca de las rutas de acceso a los puertos y ciudades, se encargaron de ampliar su superficie de cultivos, con lo que pudieron llevar sus productos a los centros urbanos para comercializarlos. Esta consolidación de la hacienda hizo necesario contar con mayor cantidad de mano de obra, para lo que se contrataron peones libres -en su mayoría mestizos, que trabajaban a cambio de alimentos y algo de dinero.
Además de bienes agrícolas, la hacienda encerraba faenas artesanales, para satisfacer las necesidades de quienes tenían menos recursos, como los aborígenes, los campesinos y los mestizos. Las mujeres se dedicaban a la elaboración de ponchos y frazadas; se fabricaban objetos de cerámica con greda y se trabajaba la madera, el hierro y el cuero.


Durante este siglo se estableció una nueva estructura social agraria, donde la cabeza, en orden jerárquico, era el hacendado o patrón de la hacienda; bajo él se encontraba el resto, entre capataces, peones, inquilinos y vaqueros. En esta nueva estructura, cada cual se distinguía del otro por su vestimenta.

Dentro de la misma hacienda, existía también un sistema de préstamo, donde el patrón entregaba a crédito productos como azúcar, yerba mate, tabaco y aguardiente. Los peones recibían esto a cambio de su trabajo futuro, manteniéndose constantemente endeudados con su patrón, lo que los llevó a estar siempre por debajo del hacendado, ejerciendo este un fuerte poder a nivel social.

Los pueblos originarios durante todo el periodo colonial fueros sometidos a la explotación a causa de las ambiciones españolas de riqueza y poder, pero es destacable la resistencia pasiva a lo largo de todo el periodo, mediante la práctica cultual, la religión, el idioma y otros métodos que permitieron que los pueblos nativos  del continente permanezcan hasta nuestros días  intactos en sus raíces cultuales.

4.       Estrategias de resistencia

Las rebeliones indígenas
El descontento indígena hizo que la rebelión llegue en el siglo XVIII. Para sobrevivir su subyugación brutal, los pueblos indígenas desde el principio habían adoptado una variedad de estrategias, pero nunca fueron tan pasivos como eran retratados en la literatura académica hasta hace poco.
  Como a menudo no encontraron formas de hacer valer a sus propios intereses los indígenas tenían facilidad para adaptarse a la dominación española.
Después de la conquista, la corona había asumido desde el patrimonio de los Incas sobre toda la tierra nativa, que concede en usufructo a las familias de la comunidad indígena, a cambio de pagos de tributo y servicios laborales de mita. Este sistema se convirtió en la base de una alianza duradera entre el estado colonial y las comunidades nativas, reforzadas en los años por la elaboración de un gran cuerpo de legislación protectora. Funcionarios de la corona, tales como los corregidores de indios, fueron acusados con la responsabilidad de proteger a los nativos de abuso a manos de los colonos, especialmente la enajenación de sus tierras a propietarios privados. Sin embargo, los colonos y sus aliados nativos, los curacas, a menudo con la complicidad de los corregidores y sacerdotes locales, encontrar formas de burlar las leyes de la corona y ganando el control de tierras amerindios y mano de obra. Para contrarrestar esa explotación y para conservar sus derechos históricos a la tierra, muchos líderes nativos americanos astutamente recurrieron al sistema legal. Litigios no basta siempre con, por supuesto, y Andina historia está llena de rebeliones campesinas nativas desesperada.
El ritmo de estos levantamientos aumentó dramáticamente en el siglo XVIII, con cinco en la década de 1740, once en 1750, veinte en 1760 y veinte en 1770. Sus causas fueron en gran medida económicas. Tierra estaba volviendo cada vez más escaso en las comunidades debido a las compras ilegales por colonos sin escrúpulos en un momento cuando la población indígena fue creciendo nuevamente después de la caída demográfica larga, postconquest. Al mismo tiempo, los campesinos nativos sintieron la peor parte de mayores impuestos por la corona, parte del programa general de reforma iniciado por Madrid en la segunda mitad del siglo XVIII. Estos impuestos mayores cargas llegaron en un momento cuando la elite altiplano--corregidores, sacerdotes, curacas y había hispanizado a terratenientes nativos--era aumentar el nivel de superávit extraído de la economía campesina nativa americana. Según historiador Nils P. Jacobsen, este aparente endurecimiento de la colonial "tornillo" durante el siglo XVIII lideró a la "sobreexplotación" de los campesinos nativos y las subsiguientes décadas de rebeliones indígenas.
La culminación de esta protesta se produjo en 1780, cuando José Gabriel Condorcanqui, un curaca Rico y mestizo descendiente de antepasados Inca que simpatizaban con los oprimidos campesinos nativos, incautados y había ejecutado un corregidor notoriamente abusivas cerca de Cusco. Condorcanqui planteó un ejército harapiento de decenas de miles de indios, castas y incluso unos criollos disidentes, suponiendo que el nombre de Túpac Amaru II tras el último Inca, a quien estaba relacionado. Basándose en una marea de milenarismo andino y nativismo, Túpac Amaru II planteó el espectro de una especie de regreso a un pasado mítico incaicos entre las masas indígenas en un momento de mayor dificultad económica.
Capturado por las fuerzas realistas en 1781, Condorcanqui fue llevado a juicio y, al igual que su tocayo, cruelmente ejecutado, junto con varios familiares, en la plaza principal de Cusco, como una advertencia a los demás. La rebelión continuó, sin embargo e incluso se expandió por el Altiplano alrededor de Lago Titicaca bajo el liderazgo de su hermano, Diego Cristóbal Túpac Amaru. Fue finalmente suprimido en 1782 y en los años siguientes, que las autoridades se comprometieron a realizar algunas de las reformas que han defendido los dos dirigentes nativos.
Tupac Amaru y Tupac Katari son los  indígenas de la Colonia que se rebelaron contra la dominación española, el primero de ellos en las cercanías del Cuzco (Perú) y el segundo en el Alto Perú (actual Bolivia).
Las tensiones sociales aumentaron cuando en 1779 comenzó la guerra anglo española que se extendería hasta 1783, y que para América hispana significaría un aumento en los impuestos para poder financiar la guerra al otro lado del Atlántico.

5.       Líderes de la resistencia colonial:

a)      Tomás Katari,
Tomás Katari (Macha, 1741 - cuesta de Chataquilla, 15 de enero de 1781) fue un líder quechua que, al reclamar sus derechos, generó y lideró una insurrección popular en el siglo XVIII.

Nació en el ayllu (comunidad) de San Pedro de Macha, en el cantón Macha  de la provincia de Chayanta, departamento de Potosí en nuestro país.
En los años 1770, varias manifestaciones aisladas mostraron el descontento de los indígenas, hasta que en los años 1780 los levantamientos se generalizaron.

A mediados de 1777, Tomás Katari presentó una querella legal contra el español Blas Bernal por haberle usurpado el cargo de kurajkaj (‘curaca’, cacique) legítimo por derecho de herencia y amparado por la legislación colonial. Tomás Katari se presentó ante la Audiencia de Potosí denunciando con fundamentos que Blas Bernal, al recaudar los impuestos en su Comunidad, cometía robos en perjuicio de la Real Hacienda, operando mediante dos padrones o listas de recaudación, con una diferencia de 487 pesos y 4 reales entre cada padrón, entregando a las autoridades de la Real Hacienda el que acusaba menor recaudación.

El 18 de febrero de 1778, la Audiencia consideró que la denuncia presentada por Katari e Isidro Achu estaba suficientemente comprobada y recomendó que se les encargara nuevamente a ambos la cobranza de los impuestos. El 13 de marzo de 1778, habiendo recibido el despacho de la audiencia, Nicolás Ursainqui ―corregidor de Chayanta― mandó a Katari y Achu a presentar lo recaudado, pero cuando ellos se presentaron en Chayanta, ya el nuevo corregidor era Joaquín de Alós, amigo de Blas Bernal. Ambos indígenas fueron encarcelados. El 27 de marzo de 1778, Alós atiende a los repetidos reclamos de los seguidores de Katari y ordena liberar a Katari y a Achu, para apaciguar los ánimos.1

El 15 de enero de 1779, el virrey Vértiz dictó un decreto ordenando la investigación de los hechos denunciados, dirigido a los doctores Luis de Artajona, Juan Bautista de Ormachea y Diego de la Calancha (oidores de la Real Audiencia de Charcas) para que administraran justicia. No quiso pronunciarse en el asunto de la usurpación del cargo de Tomás Katari, ni del robo de impuestos, porque Katari carecía de los despachos de los oficiales reales y de la Audiencia que lo probaban, ya que el corregidor Alós, se los habían arrebatado.1

Cuando Tomás Katari y Tomás Achu regresaron a su región, fueron encarcelados. El 15 de abril de 1779, el fiscal de la Audiencia de Charcas se expidió, diciendo que para ordenar la investigación que mandó el virrey hacían falta los despachos que Katari no poseía. Cuatro meses después, el 19 de abril de 1779, la Audiencia se dirigió al corregidor Joaquín de Alós, pidiéndole el envío de estos despachos. A principios de mayo de 1779, Tomás Katari consultó con los amautas (‘varones sabios’) y las mamakonas (‘mujeres sabias’) quienes le aconsejaron que comenzara a cumplir la función que le había sido arrebatada, aunque no había recibido todavía la confirmación oficial de las autoridades españolas, Katari ordenó que las asambleas comunitarias de toda la región eligieran a sus autoridades ―como en los tiempos incaicos―, «defensores y protectores de los desvalidos indios tributarios, miserables, indefensos [...] que otros individuos les beben sangre».1

Inmediatamente fue apresado por los soldados en Torocarí y conducido a la comunidad de Aullagas, donde fue liberado a la fuerza por una multitud de indígenas armados con palos. La Audiencia de Charcas lo acusó de hablar mal acerca de la mita, cuando 800 quechuas amarrados esperaban su turno en la aldea de Ocurrí. En Charcas fue apresado por segunda vez y juzgado. El 12 de diciembre de 1779 expuso sus argumentos. El 8 de enero de 1780 fue trasladado desde la prisión de Charcas, pero sus seguidores volvieron a liberarlo. El 10 de junio de 1780 ―confiado en el reconocimiento que había logrado ante el virrey Vértiz― Katari se presentó en Charcas para defenderse de los cargos que se le imputaban. Fue apresado e incomunicado. El 23 de julio de 1780, sus seguidores se armaron y movilizaron en Huancarani, aldea cerca de Poqoqwata, rodearon al corregidor y a su patrulla militar y le exigieron que liberara a Tomás Katari y rebajara los impuestos abusivos. Con la mediación de dos sacerdotes, el corregidor ordena la liberación y la rebaja en los impuestos. Confiando en las palabras de los religiosos, los quechuas lo dejan ir.





El 25 de agosto de 1780 (o el 26),3 mientras el Corregidor asistía con su grupo de soldados a la «enumeración» de quechuas que cada año se los buscaba para el trabajo esclavizado en las minas, el joven Tomás Achu ―que había caminado junto a Katari ida y vuelta hasta Buenos Aires―, se acercó al corregidor Alós, y le exigió que cumpliera su palabra. Este le descerrajó dos tiros y lo mató.3

Los indígenas presentes atacaron a los soldados españoles y los mataron en el lugar. Alós huyó al galope en un caballo pero fue bajado de un jorahuazo (‘hondazo’) en la cabeza. Los quechuas canjearon con los españoles la vida del corregidor por la de Tomás Katari. El corregidor consiguió huir, disfrazado de sacerdote, hasta Tucumán (Argentina).1

La Audiencia de Charcas afirmó públicamente que respetaría la autoridad de Tomás Katari, pero en secreto ordenó a los españoles que lo capturaran vivo o muerto, y ofreció una recompensa en dinero. Una patrulla al mando del minero español Manuel Álvarez Villarruel capturó a Katari ―en uno de sus viajes de inspección por las comunidades indígenas― cerca de Aullagas. Álvarez Villarruel lo entregó a Juan Antonio Acuña ―justicia mayor de la provincia de Chayanta―, quien se apresuró a llevarlo hacia La Plata (Chuquisaca, actual Sucre, a 170 km al este de Macha). Acuña sabía que su patrulla era seguida por los seguidores de Katari armados. El 15 de enero de 1781, Acuña recibió la orden secreta de asesinar a Katari (comprobada en documentos posteriores), le ató las manos y lo empujó al abismo en las escarpadas alturas de la cuesta de Chataquilla, cerca de la comunidad de Quila Quila (en la provincia de Yamparáez). Isidro Serrano, un español que escribía la correspondencia de Katari y fue testigo del asesinato, también fue asesinado. Los seguidores de Katari alcanzan a Acuña y a sus soldados y lo ajusticiaron. También ejecutaron al minero Álvarez Villarruel.1

El área de las sublevaciones se amplió, llegando hasta Challapata (en el departamento de Oruro). Los hermanos de Katari, Dámaso y Nicolás, lideraron desde entonces a los rebeldes, llegando hasta Chuquisaca (actual Sucre), donde Dámaso fue traicionado por el sacerdote católico español de Poqoqwata, Francisco Javier Troncoso, quien lo entregó a las autoridades. Fue ahorcado públicamente en la Plaza de Chuquisaca.

Tomás Katari desencadenó una serie de movimientos locales que fueron liderados ―desde el 4 de noviembre de 1780― por un descendiente de los reyes incas, Túpac Amaru, expulsando a los españoles del Cusco. El 18 de mayo de 1781, Túpac Amaru fue bárbaramente ejecutado, junto con su esposa Micaela Bastidas, hijos, parientes y secuaces.

Casi al mismo tiempo del asesinato de Tomás Katari, estalla la masiva rebelión del aimara Julián Apaza, de origen humilde, que adopta el nombre de Túpac Katari.

La mita fue finalmente abolida en 1791.






b)      Julián Apaza Nina,
Julián Apaza Nina. Conocido como Túpac  Katari nacido en Ayo Ayoprovincia de Sica Sica, en 1750  y ejecutado en  La Paz15 de noviembre de 1781, fue un indígena aimara que lideró un levantamiento contra las autoridades coloniales en el Alto Perú, junto a su esposa y heroína Bartolina Sisa.
Julián creció como un niño muy inteligente, que se daba cuenta de los maltratos y abusos espantosos que sufría el pueblo Aymara y el Quichwa. Los españoles obligaban a los indios a trabajar sin pago y sin horario en sus fincas o minas. Muchos murieron lejos de sus familias, sin alimento, ni esperanza. También las mujeres y los niños estaban obligados a la mita.
Además estaban obligados a entregar la mayoría de sus productos como un tributo a los españoles y a la Iglesia Católica. En 1697 los españoles decidieron que además de la mita y del tributo en productos, iban a cobrar dinero a los indios, como estos no tenían dinero se vieron obligados a dejar a sus familias para ir a las minas y haciendas, pero los patrones les pagaban muy poco y no alcanzaba para pagar el tributo. Entonces eran apresados y maltratados y les quitaban sus tierras.
Julián Apaza creció y se dedicó al comercio de la bayeta y de la coca. Viajó por diferentes comunidades y haciendas, viendo como sus hermanos de raza eran maltratados y asesinados por los españoles, los curas católicos y los mestizos, fue sacristán y panadero antes de iniciar su rebelión. Adoptó el nombre Túpac Katari tomando partes de los nombres de dos líderes originarios contemporáneos: por un lado, a Túpac Amaru II; y por otro, a Tomás Catari, cacique de Chayanta.
Como parte del levantamiento, Túpac Katari formó un ejército de cuarenta mil hombres y cercó a la ciudad de Chuquiago (actualmente La Paz), dos veces en 1781, pero las tropas enviadas para sofocar la rebelión consiguieron romper el primer cerco.
Posteriormente Andrés Túpac Amaru se unió a Túpac Katari en un segundo cerco a La Paz, pero maniobras políticas y militares, así como líderes originarios contrarios al levantamiento acabaron con el mismo. Los cabecillas fueron apresados y ejecutados.
Este levantamiento indígena de finales del siglo XVIII fue el más extenso geográficamente y con más apoyo. Tomó dos años a los virreinatos afectados sofocarlo.
Los rebeldes asediaron la ciudad de La Paz desde el 13 de marzo de 1781 durante ciento nueve días sin éxito, debido a la resistencia y al apoyo de tropas mandadas desde Buenos Aires. En ese contexto el virrey Agustín de Jáuregüi aprovechó la baja moral de los rebeldes para ofrecer amnistía a los que se rindieran, lo cual dio muchos frutos, incluyendo algunos líderes del movimiento. Túpac Katari, que no había aceptado la amnistía y se dirigió aAchacachi para reorganizar sus fuerzas dispersas, fue traicionado por algunos de sus seguidores y luego apresado por los españoles, la noche del 9 de noviembre de 1781.
Fue sometido a tortura y seis días después ejecutado  atando a sus extremidades cuatro caballos para que tiraran de ellas de manera similar a Túpac Amaru II, siendo finalmente descuartizado y mostrado en partes por todo el territorio de Qullasuyu, en señal de “escarmiento a los indios rebeldes”. Su cabeza fue expuesta en el cerro de K’ili K’ili (La Paz), su brazo derecho en Ayo Ayo, el izquierdo en Achacachi; su pierna derecha en Chulumani, y la izquierda en Caquiaviri. La actual "tradición oral" le atribuye haber dicho a sus captores la frase:     Naya saparukiw jiwayapxitata, nayxarusti waranqa, waranqanakaw kut'anixa...
Túpac Catari
Que traducido al español significa:
¡Yo muero hoy, pero volveré hecho millones...! .
Túpac Catari
En nuestro país, el 15 de julio de 2005 el ex presidente Eduardo Rodriguez Veltze declaró (mediante Ley No. 3102) como «Heroe y Heroína Nacional Aymara a Julián Apaza y Bartolina Sisa».
En Argentina, en el marco de los festejos del Bicentenario se inauguró el 25 de mayo de 2010 una Galería de los Patriotas Latinoamericanos, en el que Bolivia está representada por retratos de Tupaj Catari, Pedro Domingo Murillo y Bartolina Sisa. La muestra pictórica está ubicada en el denominado "Salón de los Héroes del Bicentenario", en la Casa Rosada.
El primer satélite de telecomunicaciones de Bolivia, cuyo fin es apoyar iniciativas educativas y mantener la seguridad del Estado, lleva su nombre.7
La Corporación Industrial Gran Muralla de la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China, fabricó el satélite Túpac Catari y fue lanzado desde China el 20 de diciembre del año 2013: Construido con una inversión de US$ 300 millones de dólares, financiada en un 85% con un crédito del Banco de Desarrollo de China y el 15% restante por el Estado boliviano.
También se construyen en Bolivia dos estaciones para operar el satélite en La Paz y Santa Cruz.
Túpac Katari y su esposa Bartolina Sisa son muy populares en Bolivia. Su nombre de guerra, Túpac Katari, como su verdadero nombre, Julián Apaza, se han utilizado como parte del nombre de partidos políticos, grupos guerrilleros, sindicatos, escuelas e incluso como primer nombre de personas. Algo similar ocurre con el nombre de Bartolina Sisa.
El desmembramiento de Túpac Katari (y también el de Túpac Amaru II) fueron una fuente importante de inspiración para los movimientos Kataristas, relacionándolo con la frase final atribuida a el mismo. Así, los movimientos Kataristas reconocen en Túpac Katari el líder indígena insignia de las luchas en defensa de los derechos indígenas, para que así vuelva y sea millones,artistas bolivianos le han dedicado canciones, poemas, pinturas y otros tipos de expresiones artísticas. Tal es el caso del grupo Kalamarka con la canción "Túpac Katari" y Los Kjarkas con su instrumental "Funeral de Túpac Katari".

c)       Bartolina Sisa
Bartolina Sisa nació en la comunidad de Sullkawi del Ayllu24 de agosto de 1753 - La Paz5 de septiembre de 1782, fue una heroína indígena aimaravirreina y comandante junto a su esposo el caudillo y virrey aimara Túpac Katari (Julián Apaza, 1750-1781).
El día 5 de septiembre de 1983, el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América reunido en Tihuanacu (Bolivia) instituyó el Día Internacional de la Mujer Indígena, en honor de la heroína Bartolina Sisa, valerosa y aguerrida mujer indígena aimara, quien por haberse opuesto a la dominación y la opresión de los conquistadores españoles, fuera brutalmente asesinada y descuartizada el 5 de septiembre de 1782, en La Paz (Bolivia).
 Actualmente muchas comunidades indígenas de BoliviaPerúChile yArgentina, le rinden homenaje, al igual que a las heroínas de la Coronilla (valerosas mujeres cochabambinas lideradas por la anciana no vidente Manuela Gandarillas y por Manuela Rodríguez, esposa de Esteban Arze), decidieron organizarse y armarse para enfrentar a las fuerzas realistas, pese a que sabían la desproporción que existía, y con sacrificio y valentía lucharon en contra de la corona española durante la batalla sostenida en la colina de San SebastiánCoronilla, el 27 de mayo de 1812), como una de las mujeres más valientes de la época.

d)      Pablo Zárate Willka
Pablo Zarate, también llamado "El temible Willka" o simplemente "Willka", fue un caudillo indígena de Bolivia que se formó como militar en el ejército boliviano, llegando a alcanzar el rango de Coronel, por esa época se había formado como un caudillo para el pueblo indígena.
Gral. Aimara Pablo Zarate nació en Imilla-imilla (Huancaruna) en la zona de Sikasika, estuvo casado con Aída Aguilar con quien tuvo 4 hijos, fue un prestigioso comunero, severo e inteligente, aprendió el castellano, a leer y a escribir siendo una persona culta, fue muy trabajador y tuvo cierto poder económico.
Para la guerra federal en 1898, Pando hizo esta promesa formal al Cacique Pablo Zárate Willka, jefe de los indios aymaras:
Le otorgo el grado de coronel y se comprometió a destruir el blanco del sur, devolverles las tierras a los indios; la tierra que le ha arrebatado el Gral. Melgarejo".
En consecuencia el líder comunero al ingresar a la guerra exigiendo:
·         Liberación de los colonos.
·         Participación de los quechuas y de los aymaras en el gobierno.
·         Devolución de las tierras comunales.
El temible Willka entonces, organiza y dirige al Ejército Aymara, que fue un conjunto de pequeñas unidades con poderosas masas humanas Quechua y Aimara con guerreros como los siguientes: Juan Lero, Feliciano Mamani, Asencio Fuentes y Manuel Flores.
Willka usó una incesante lucha de guerra de guerrillas dirigida por Mallkus que ganaron mucha experiencia en el enfrentamiento contra las tropas conservadoras, algunos son: Alonso Luciano Willka, Cruz Mamani (llamado 2.º. Willka) y Lorenzo Ramirez.
Las fuerzas originarias armados de palos, q'urawas, piedras, sables, machetes y varios con armas de fuego, marchan enfrentando a los bien armados opresores que pusieron nombre al río Chunchullmayo (río de tripas) de Huayllas por los restos de los descuartizados combatientes, al día siguiente llega Willka a la cabeza de 2000 kataris y se enfrenta en Vila Vila a los cañones sucrenses, con la táctica de no huir, sino de correr hacia el enemigo dejando atrás las explosiones, logró Willka de esta forma un brillante avance militar.
El manifiesto de Zárate Willka, conocido como "La proclama de Caracollo",plantea:
1.- "... deseamos hallar la regeneración de...Bolivia."
2.- "los indígenas, los blancos nos levantaremos a defender nuestra República de Bolivia...que quiere apoderarse... vendiéndonos a los chilenos"
3.- "...deben respetar los blancos o vecinos a los indígenas, porque somos de una misma sangre e hijos de Bolivia, deben quererse como hermanos con los indianos... hago prevención a los blancos... para que guarden el respeto con los indígenas..."
Esta propuesta aimara fruto de un profundo y genuino nacionalismo que buscaba una patria basada en la tolerancia y la equidad y no se detuvo sino hasta lograr la victoria final en Paria el 10 de abril de 1899.



Willka impulsa la fundación en Peñas del Gobierno Comunal (federado) que nombra al Jatunruna Juan Lero como presidente. El levantamiento Aymara tenía por objetivo, por lo menos así se conoce en el "primer gobierno" (en la república) indígena de Peñas, lo siguiente:
·         Oruro 1899· Constitución de un gobierno indígena
·         Restitución de tierras a sus dueños originarios
·         Guerra contra las corruptas minorías dominantes
Esta medida fue tomada como amenazante a la independencia nacional y integridad nacional, ya que se planteaba como una administración autónoma a Bolivia, este sería uno de los motivos por el cual fue encarcelado.
Posteriormente entra a Oruro con 50.000 Quechuas y aymaras a los que encabeza demandando la devolución de tierras. Allí, es homenajeado, protegido y custodiado por el ejército federal que le corta posteriormente toda forma de comunicación con las provincias.
Luego Willka junta a 90 líderes comunales, pero los federales evalúan la situación y ven a Willka como una amenaza a la estabilidad nacional con tantas revueltas, por tanto, todos los líderes (incluido Willka) son apresados, interrogados y torturados. Después fue mandado a prisión bajo cargos de sedición de los que al final fue absuelto. Permaneció 4 años en la cárcel de Oruro de donde salió por el amotinamiento del 10 de mayo de 1903, a partir de ahí vivió en la clandestinidad y en la vida privada.
Murió ejecutado en la hondonada de Chu'llunk'iri en 1904 por cargos que se le imputaban, como amenaza a la estabilidad nacional, a la unidad boliviana..

e)      Eduardo Nina, Quispe

 Eduardo Leandro Nina Quispe, nació en el ayllu de Taraqu el 9 de marzo de 1887, que fue convertido en hacienda, a sangre y fuego por el gobierno de Melgarejo. Convertido en propiedad de un comerciante francés hasta el 15 de enero de 1871, cuando Melgarejo huyó hacia el Perú y los comunarios se restituyeron sus tierras. Con la Ley de Exvinculacion (1874) y la revisita 1882, Taraqu pasó a ser parte de las inmensas propiedades de Benedicto Goitia. Por ese motivo la vida de Eduardo Nina Quispe, trascurrió entre el ayllu, la hacienda y la ciudad de La Paz, donde niño viendo como los “caballeros” comprando periódico tenían conocimiento de la realidad, incluso de todo lo que sucedía, entonces pensó en “aprender a leer mediante un abecedario que me obsequiaron, noche tras noche comencé las primeras letras; mi tenacidad hizo que pronto pudiera tener en mis manos un libro y saber lo que encerraba”. Con el beneficio de la lectura y el dominio del idioma español Eduardo Nina Quispe estaba preparado para emprender su tarea:

"Cuando se inició la Gran Cruzada Nacional "Pro Indio" leía los comentarios en los diarios; en las calles me detenía frente a los 'cartelitos' y entonces pensé; porque no puedo secundar esta obra? Yo que íntimamente conozco la tristeza del indio maliciento y vencido; yo que he sentido sollozar en mi corazón el grito de una raza vejada. Visité varias casas de mis compañeros, haciéndoles comprender el beneficio que nos aportaría salir del camino áspero de la esclavitud. Pasó el tiempo, y mi humilde rancho era el sitio de reunión del gremio de carniceros; estos acordaron enviarme sus hijos para que les enseñara a leer"
Vivió en barrios de Chijini, donde junto a los matarifes instaló una escuela indígenal. Resultando muy reducido su rancho para enseñar a tantos niños indios, el año de 1928, acudió a la Municipalidad


f)       Túpac  Amaru
José Gabriel Condorcanqui Noguera, Marqués de Oropesa llamado igualmente José Gabriel Túpac Amaru nació en Surimana, CanasVirreinato del Perú19 de marzo de 1738  y fue ejecutado en  Cuzco el 18 de mayo de 1781, conocido posteriormente como Túpac Amaru II, fue un caudillo indígena líder de la mayor rebelión anticolonial que se dio en América durante el siglo XVIII. Descendía de Túpac Amaru I (último Sapa Inca, ejecutado por los españoles en el siglo XVI).
Lideró la denominada «Gran rebelión» que se desarrolló en el Virreinato del Río de la Plata y el Virreinato del Perú, pertenecientes al Reino de España, rebelión iniciada el 4 de noviembre de 1780 con la captura y posterior ejecución del corregidor Antonio de Arriaga.3
Curaca (jefe nativo) de Surimana, Tungasuca y Pampamarca, era adinerado y se dedicaba al comercio. Se trataba de un personaje de origen mestizo (fue Marqués de Oropesa) en el que confluía la sangre del Sapa Inca Túpac Amaru con la de los criollos. De hecho, durante una gran parte de su vida, habiendo sido criado hasta los 12 años por el sacerdote criollo Antonio López de Sosa y luego en el Colegio San Francisco de Borja, mostró preferencia por lo criollo llegando a dominar el latín y a utilizar refinadas vestimentas hispanas,4 pero posteriormente se vistió como un noble inca, hizo uso activo de la lengua nativa quechua en su vida y proclamas, y fue excomulgado de la Iglesia católica.
Encabezó el mayor movimiento de corte indigenista e independentista en el Virreinato del Perú. Fue el primero en pedir la libertad de toda América de cualquier dependencia, tanto de España como de su monarca, implicando esto no sólo la mera separación política sino la eliminación de diversas formas de explotación indígena (mita minera, reparto de mercancías, obrajes), de los corregimientos, alcabalas y aduanas (14 de noviembre de 1780). Además decretó la abolición de la esclavitud negra por primera vez en América (16 de noviembre de1780). Su movimiento constituyó un «parteaguas», debido al cual las autoridades coloniales eliminaron a la ya escasa clase indígena noble y acrecentaron la represión contra lo andino, por el temor de que algo así volviera a repetirse.
En Perú ha sido reconocido como el fundador de la identidad nacional3 peruana. Fue una figura capital para el régimen velasquista (1968-1975) y desde entonces ha permanecido en el imaginario popular reivindicado.
El 4 de noviembre de 1780 se inicia la rebelión de José Gabriel Condorcanqui contra la dominación española, adoptando el nombre de Túpac Amaru II, en honor de su antepasado el último Inca de Vilcabamba. Túpac Amaru se autodeclara "Inca, Señor de los Césares y Amazonas",5 y jura con el siguiente bando su coronación: "...Don José Primero, por la gracia de Dios, Inca Rey del Perú, Santa Fe, Quito, Chile, Buenos Aires y Continentes de los Mares del Sur, Duque de la Superlativa, Señor de los Césares y Amazonas con dominio en el Gran Paititi, Comisario Distribuidor de la Piedad Divina, etc...".6 . Al comienzo el movimiento reconoció la autoridad de la corona, ya que Túpac Amaru afirmó que su intención no era ir en contra del rey sino en contra del «mal gobierno» de los corregidores. Más tarde la rebelión se radicalizó llegando a convertirse en un movimiento independentista.
Su esposa Micaela Bastidas así como familiares de ambos tuvieron una participación de primer orden en el movimiento, tanto en el reclutamiento, abastecimiento y hasta cierto punto en la toma de decisiones.
Con el apoyo de otros curacas, mestizos y algunos criollos, la rebelión se extendió, llegando a tener tropas de decenas de miles de combatientes.7 Entre sus ofrecimientos se hallaban la abolición tanto del reparto como de la alcabala, la aduana y la mita de Potosí.
La convocatoria de Túpac Amaru II buscó integrar a indígenas, criollos, mestizos y libertos negros en un frente anticolonial, pero no pudo evitar que la masificación del movimiento convirtiera el accionar en una lucha racial contra españoles y criollos (en general en el Virreinato los criollos no tenían en su actuar antagonismos con los españoles, siendo como mucho contrarios a las reformas borbónicas pero fieles a la corona en los demás aspectos).
Su movimiento tuvo dos fases:
·         Primera fase o fase Túpac amarista, donde destaca la hegemonía de José Gabriel Túpac Amaru y continuada tras su muerte por su primo Diego Cristóbal Túpac Amaru.
·         Segunda fase o fase Túpac catarista, donde destaca el protagonismo de Julián Apaza Túpac Katari.
Tras ser capturado el 6 de abril de 1781, fue llevado a Cuzco encadenado y montado en una mula. Ingresó a la ciudad una semana después, "con semblante sereno" mientras las campanas de la Catedral repicaban celebrando su captura. Apresado en el convento de la Compañía de Jesús, fue sucesivamente interrogado y torturado al límite del fallecimiento, con el objetivo de arrancarle información acerca de sus compañeros de rebelión en Cuzco y otras ciudades, y de sus ejércitos que aún conservaban grandes territorios. Torturas que fueron inútiles ya que no dio confesión alguna. Más bien trató de enviar mensajes escritos con su propia sangre, pero estos fueron interceptados. La madrugada del 29 de abril a causa de los rigores del tormento le fracturaron el brazo derecho.
Un día durante el encierro cuando el visitador José Antonio de Areche, autoridad del interrogatorio y ejecución enviado por el rey Carlos III de España, entró intempestivamente al calabozo para exigirle, a cambio de promesas, los nombres de los cómplices de la rebelión, Túpac Amaru II le contestó: "Solamente tú y yo somos culpables, tú por oprimir a mi pueblo, y yo por tratar de libertarlo de semejante tiranía. Ambos merecemos la muerte.".
El 18 de mayo de 1781, en evento público en la Plaza de Armas de Cuzco, se cumplió la ejecución de Túpac Amaru II, su familia y sus seguidores. Los prisioneros fueron sacados de sus calabozos, metidos en zurrones (un tipo de costal) y arrastrados por caballos todos a la vez, uno tras otro, hasta llegar a la plaza. Ya al pie del cadalso, Túpac Amaru II fue obligado, tal y como señalaba la sentencia, a presenciar la tortura y asesinato de sus aliados y amigos, su tío, sus dos hijos mayores y finalmente su esposa, en ese orden.
Después, al igual que hicieron con varios de sus lugartenientes, con su tío y su hijo mayor, le cortaron la lengua.8
Luego se intentó descuartizarlo vivo, atando cada una de sus extremidades a sendos caballos para que estos tirasen de aquellas y las arrancaran. Un testigo describió los hechos:
"Atáronle a las manos y pies cuatro lazos, y asidos estos a la cincha de cuatro caballos, tiraban cuatro mestizos a cuatro distintas partes: espectáculo que jamás se había visto en esta ciudad. No sé si porque los caballos no fuesen muy fuertes, o porque el indio[sic] en realidad fuese de hierro, no pudieron absolutamente dividirlo después que por un largo rato lo estuvieron tironeando, de modo que lo tenían en el aire, en un estado que parecía una araña."
Al ser la acción infructuosa sus verdugos optaron por decapitarlo y posteriormente despedazarlo. Su cabeza fue colocada en una lanza exhibida en Cuzco y Tinta, sus brazos en Tungasuca y Carabaya, y sus piernas en Livitaca (actual provincia de Chumbivilcas) y en Santa Rosa (actual provincia de MelgarPuno). De igual forma despedazaron los cuerpos de su familia y seguidores, y los enviaron a otros pueblos y ciudades.




El hijo menor de Condorcanqui, Fernando, al ser un niño de 10 años, no fue ejecutado, mas se le obligó a presenciar el suplicio y muerte de toda su familia y a pasar por debajo de la horca de los ejecutados, para luego ser desterrado a África con órdenes de prisión perpetua. No obstante el navío zozobró y acabó en Cádiz, siendo encarcelado en las mazmorras de dicha ciudad (el virrey Agustín de Jáuregui sugirió que no fuera enviado a África sino a España por temor a que alguna potencia enemiga lo rescatara). Falleció en España en 1798.
A pesar de la ejecución de Túpac Amaru II y de su familia, el gobierno virreinal no logró sofocar la rebelión, que continuó acaudillada por su primo Diego Cristóbal Túpac Amaru, al tiempo que se extendía por el Alto Perú y la región de Jujuy.
Después de reprimir la sublevación Túpac amarista de 1780, se comenzó a evidenciar contra los criollos mala voluntad de parte de la Corona Española, especialmente por la Causa de Oruro, y también por la demanda entablada contra el Dr. Juan José Segovia, nacido en Lima y el Coronel Ignacio Flores , nacido en Quito, quien había ejercido como Presidente de la Real Audiencia de Charcas y había sido Gobernador Intendente de La Plata (Chuquisaca o Charcas, actual Sucre).
La rebelión general del Alto y Bajo Perú en 1780, fue encabezada por José Gabriel Condorcanqui, también llamado José Gabriel Túpac Amaru Inca, con el objetivo de liberar a sus compatriotas de las pesadas cargas a las que estaban obligados por las autoridades españolas desde hacía casi tres siglos, aunque agravadas en la década anterior por las reformas borbónicasmitas, repartimiento de efectostributosalcabalas y otros derechos; trabajos en corregimientos y obrajesdiezmos y primicias eclesiásticas, y la eliminación de las divisiones en castas. Buscaba la creación de un reino independiente de España, gobernado por una monarquía hereditaria incaica, a través de la creación de un ejército y una administración propias, introduciendo una tributación única a todos los súbditos, libertad de comercio y trabajo.
Túpac Amaru II es considerado un precursor de la Independencia de Perú por antonomasia . Actualmente su nombre y figura es acogida ampliamente por los movimientos indígenas andinos, así como por los movimientos de izquierda política.
En otro sentido, su nombre también fue utilizado por el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru o MRTA, agrupación guerrillera, posteriormente terrorista, que operó en Perú de 1985 a 1997. El MRTA se dio a conocer internacionalmente por la Crisis de los rehenes de la embajada de Japón (1996 - 1997) y fue uno de los beligerantes del Conflicto armado interno en Perú (1980 - 2000).
En Uruguay los Tupamaros también conocidos como Movimiento de Liberación Nacional o por sus siglas MLN-T, fue un grupo insurgente que estuvo activo entre los años de 1960 y 1970, que se denominó como tal por la admiración y respeto que según sus militantes sentían por Túpac Amaru II.[cita requerida]
En Venezuela, inspirados en la guerrilla uruguaya mencionada, el Movimiento Tupamaro de Venezuela desarrolló acciones armadas entre 1992 y 1998, para después integrarse a la política formal.
En Argentina el nombre de este líder rebelde fue adoptado por la Asociación Túpac Amaru, un movimiento indigenista político y social surgido en 2001 en la provincia de Jujuy que actualmente tiene presencia en 15 provincias argentinas. También pertenece a la Galería de los Patriotas Latinoamericanos,12 creada en Casa Rosada por la presidenta Cristina Fernández en 2010 (año del Bicentenario de la Revolución de Mayo).
·         El grupo guerrillero uruguayo Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros se denominó así en recuerdo de la rebelión encabezada por Túpac Amaru II.
·         El grupo terrorista peruano MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru) tomó su nombre para honrar la rebelión independentista 15 de José Gabriel Condorcanqui.
·         La canción "Águila de trueno (parte II)" del álbum Kamikaze de Luis Alberto Spinetta está inspirada en la figura de Túpac Amaru II.
·         El grupo francés de hip-hop Canelason sacó a la luz un tema llamado "Libre", en cual narra la historia de este revolucionario y su trágico asesinato.
·         En la actualidad hay decenas de bandas de rock peruanas que tocan tematicas rebeldes con su imagen y concepto revolucionario.
·         Su nombre fue utilizado por los padres del fallecido y exitoso rapero, Tupac Amaru Shakur, para el nombre de este.

g)      Micaela Bastidas
Micaela Bastidas Puyucahua nació en Tamburco, Abancay, 23 de junio de 1744 y fue ejecutada en Cusco,18 de mayo de 1781es considerada una valiente precursora de la independencia hispanoamericana, jugó un importante papel en la historia del Perú. Esposa y consejera de Túpac Amaru II, su desempeño tuvo vital importancia en la rebelión deTinta. Su ejemplo de coraje y determinación al defender sus ideales de justicia y libertad hasta su trágica y despiadada muerte en mano de los españoles, la convirtieron en leyenda y símbolo de la lucha americana contra la opresión y la explotación colonial.
El 25 de mayo de 1760, poco antes de cumplir 16 años, se casó con el joven mestizo descendiente de la nobleza indígena José Gabriel Condorcanqui, en la iglesia de Nuestra Señora de la Purificación, en el pueblo de Surimana, lugar del curacazgo de su marido. Condorcanqui era descendiente directo por línea materna del último IncaTúpac Amaru I. En 1764 fue nombrado cacique de los territorios que le correspondían por herencia, Pampamarca, Tungasuca y Surimana, y fijaron su residencia en Tinta, localidad perteneciente a Cusco.3
José Gabriel había recibido una educación privilegiada en colegios jesuitas de Lima y Cusco. Dominaba el castellano, el quechua y el latín, era un ávido lector y su interés por diversos temas le dio un nivel cultural remarcable. Poseedor de grandes extensiones de tierras y riqueza, cumplía múltiples roles en la administración de sus bienes. Como curaca debía mediar entre el corregidor y los indígenas a su cargo. Como próspero hacendado se vio afectado como el resto de la población debido a las alzas fiscales y la creación de aduanas internas. Como arriero recorría su territorio, viviendo de cerca las historias y desgracias de los trabajadores y sus duras condiciones. Como mestizo sentía que toda la injusticia con su gente lo tocaba en carne propia.4 Realizó reclamos y solicitudes oficiales a las autoridades coloniales de Tinta, Cusco y Lima, para que los indígenas fueran liberados del trabajo obligatorio en las minas y exonerados del cumplimiento de la mita, obteniendo siempre negativas o indiferencia y comenzó a desarrollar una ideología libertaria basada en la defensa de indígenas, esclavos, criollos y mestizos, orientada a la independencia de su territorio y comercio de las decisiones de la corona de España.5
Micaela, en cambio, recibió en la infancia la educación elemental en letras y artes que era usual en esa época para las mujeres. Su marido fue su maestro ideológico, ella se concientizó rápidamente de la compleja situación de su gente y se involucró con la causa. Lo apoyaba firmemente, defendiendo y divulgando los postulados que harían resurgir la conciencia del derecho de los labriegos a liberar su tierra y su existencia de la mano opresora española.
En 1780, agotadas las vías de diálogo con los representantes de la corona española, José Gabriel Condorcanqui inicia un movimiento en contra de la dominación española. Es apoyado por curacas ligados a hacendados de Cusco unidos en contra de la nueva aduana, criollos, indios y mestizos. En ese momento adopta el nombre de Túpac Amaru II en honor de su antepasado el último Inca de Vilcabamba.

El 4 de noviembre de 1780 Túpac Amaru II dio el primer grito de libertad y difundió una proclama independentista, dando comienzo a la rebelión de Túpac Amaru II. El corregidor Antonio de Arriaga fue tomado prisionero y condenado a morir en el cadalso. Los rebeldes instalaron su cuartel general en Tungasuca.
Desde ese momento Micaela se convirtió en la principal consejera de Túpac Amaru II, participó en el juicio sumario contra Arriaga y asumió múltiples roles en el movimiento. Actuaba con dinamismo y persuasión, tal vez más concientizada incluso que su marido, ya que el papel de la mujer indígena era el más vilipendiado por los opresores.
Los indígenas tenían prohibida la tenencia de armas de fuego, uno de los mayores problemas a los que se enfrentaron fue la obtención de armamento. Micaela fue la encargada del aprovisionamiento de las tropas, lo que incluía conseguir y distribuir dinero, alimentos, vestimentas y armas. Expedía los salvoconductos para facilitar el movimiento de quienes viajaban a través de amplios territorios. Estuvo a cargo de la retaguardia indígena, demostrando diligencia y capacidad, implementando medidas de seguridad y luchando contra el espionaje. Implementó un eficiente sistema de comunicaciones, organizando un servicio de chasquis a caballo que llevaban rápidamente información de un punto a otro del territorio rebelde.7
Una verdadera legión de luchadoras andinas, quechuas y aymaras trabajaron junto a Micaela en el levantamiento, realizaron estrategias y dieron apoyo a las tropas. Para ellas se trataba no solo de liberar a su pueblo de la explotación española, sino también de restablecer el rol de la mujer indígena con participación en la vida social y política, tradición que el sistema colonial intentó abolir convirtiéndolas en víctimas de todo tipo de abusos. Fueron líderes dentro del movimiento Cecilia Túpac Amaru y Tomasa Tito Condemayta, cacica de Acos, entre muchas otras.8
Estas mujeres participaban también en la batalla, junto a sus hijos y maridos. También lo hacía Micaela, quien con su carácter enérgico infundía aliento a Túpac Amaru desde el mismo campo de batalla. Luego del triunfo de Sangarará fue constituida jefe interino de la rebelión.4
El 18 de noviembre de 1780 el ejército de rebelde vencía a los españoles en la batalla de Sangarará. Túpac Amaru expidió un mensaje a los pueblos del Perú, convocando a los criollos a unirse a la causa india: “Vivamos como hermanos y congregados en un solo cuerpo. Cuidemos de la protección y conservación de los españoles; criollos, mestizos, zambos e indios por ser todos compatriotas, como nacidos en estas tierras y de un mismo origen”.9
En marzo de 1871 el ejército de Túpac Amaru contaba con siete mil hombres y mujeres dispuestos a pelear hasta la muerte contra la corona española, quienes proclamaron a Túpac Amaru II como Emperador de América.
En testimonios de la época es Micaela quien aparece como principal estratega a través de tareas políticas, militares y administrativas y principal consejera del líder. Con su sólida convicción, claridad de pensamiento y alta intuición, se convirtió en el sexto sentido de la rebelión.10
Cuando ella aconsejaba realizar un ataque inmediato a Cusco para lograr su rendición, su marido no la escuchó y en un grave error táctico se concentró en otras villas, al tiempo que fueron delatados por un traidor. El contingente de Túpac Amaru fue rodeado y emboscado, y junto a Micaela, sus hijos Hipólito de 18 años y Fernando de 10, y varios de sus familiares fueron apresados y llevados a Cusco, donde permanecieron presos en el convento de la Compañía de Jesús convertido en cuartel militar. Fueron sometidos a interrogatorios y tormentos para poder ubicar al resto de las tropas revolucionarias, les prometían disminuir la pena si delataban a sus amigos, pero no lograron conseguir de ellos ninguna información y el 14 de mayo fueron condenados a la pena capital.11
La sentencia ordenaba el "descuartizamiento en vida para el jefe principal, mutilaciones y pena de muerte para los otros reos, amén de otros castigos".12
El 18 de mayo de 1781 fueron llevados a la Plaza de Armas del Cuzco para ser ejecutados uno a uno. A su hijo Hipólito primero le fue cortada la lengua, por haber hablado en contra de los españoles y luego fue ahorcado. Micaela y José Gabriel fueron obligados a presenciar la muerte de su hijo, y luego la hicieron subir a ella al tablado. A la vista de su esposo y de su hijo Fernando, Micaela luchó con sus verdugos, hasta que finalmente la sometieron y le cortaron la lengua, su cuello delgado no alcanzaba al torno para ahogarla, y le echaron lazos al cuello que tiraban de uno y otro lado para estrangularla, dándole garrote y terminaron de matarla a patadas en el estómago y los pechos.13 14
Luego llevaron al centro de la plaza a Túpac Amaru, quien también fue sometido a una espantosa muerte. Ambos fueron desmembrados y sus partes enviadas a diferentes pueblos de la región para ser exhibidos en las plazas públicas, alertando a sus habitantes sobre las consecuencias de rebelarse.14
La convicción de los ideales de justicia y libertad de Micaela defendidos hasta la muerte, unida a su familia y luchando junto a su gente, convirtió su historia en leyenda e inspiración para la gesta independentista de América Latina.5

h)      Apiawayki Tumpa

El nombre "Apiaguaiki" o "Hapiaoeki" : etimológicamente significa «Eunuco por Dios» en guaraní, en referencia a la castidad divina atribuida a este líder. "Tumpa" es el apelativo guaraní de carácter mesiánico «Hombre-Dios», asignado a algunos líderes chiriguanos, muchas veces al mando de levantamientos.
Los chiriguanos (autodenominados avá guaraní), al inicio de la era republicana de Bolivia se encontraban en constantes guerras internas pero principalmente en conflicto con los ganaderos y hacendados criollos (“hombres blancos”, karai en guaraní). Estoskarai, desde la época colonial intentaron penetrar en el territorio avá-guaraní, en búsqueda de mejores tierras para su asentamiento. Las expediciones fracasaron en el intento de subyugar al pueblo chiriguano, y fue sólo durante la época republicana que los avá fueron desplazados y vencidos.
Durante muchos años de insurrecciones sufrieron derrotas tras derrotas, tal es así que creían que la situación adversa en la que se encontraban culminaría pronto, ya que creían que debería venir a ellos el Tumpa (hombre-dios chiriguano) el cual acabaría con sus enemigos. Según se dice, después de una batalla, cuyo resultado les fue adverso, un grupo de guaraníes encuentra entre los restos de la batalla a un bebé, al cual acogen en su comarca ubicada entre los ríos Parapetí y Pilcomayo.
Luego de pasar un tiempo en Murucuyati, llegó a Bororigua, donde es acogido por el anciano jefe Machirope.2 Al crecer, el muchacho se caracterizaba por mostrarse de gran habilidad en las tareas encomendadas; más maduro, decide emprender la lucha para que su pueblo vuelva a ser uno, ya no disperso en seis regiones.
Mientras tanto continuaron las luchas y enfrentamientos entre colonos karai e indígenas chiriguanos y qom, que llegaron a un acuerdo de paz que se concretó en el Tratado de 1884. De acuerdo al investigador norteamericano Erick D. Langer  este tratado no fue respetado por los colonizadores porque no podían concebir que «...tierras tan aptas para el ganado y la colonización por blancos... sean dejadas a indios salvajes».
Tumpa: Levantamiento contra el estado
Luego de pasar su juventud en diversas regiones, Apiaguaiki llega a Curuyuqui (Actual Provincia Calvo, Chuquisaca) teniendo gran acogida donde se hace conocer como el Tumpa de la leyenda. Los guaraníes de Ivo y Cuevo (frontera de los departamentos bolivianos de Chuquisaca y Santa Cruz) reclamaban al Gobierno que se constituyan misiones en su territorio, como medida frente al avasallamiento de los ganaderos blanco de la Región. La demanda se enfrentó a la oposición del corregidor de Cuevo y ante las autoridades, aunque en 1887 se establece finalmente la misión. 4 El conflicto se profundizó a fines de 1891 y los indígenas decidieron levantarse, con Tumpa como líder. Tumpa logró reunir rápidamente un ejército con el cual empezó la guerra en los carnavales de 1892 contra las autoridades bolivianas. 5
Ante la amenaza guaraní, fuerzas militares bolivianas bajo las órdenes del Teniente Simón Sanz se prepararon para enfrentarlos pero el Fraile Romualdo d’Ambroggi, perteneciente a la misión de Santa Rosa (Provincia Calvo), se ofreció como mediador y logró que ambas partes se comprometan a firmar un tratado de paz para el 4 de enero de 1892 en el cual se respetarían las tierras chiriguanas y estos no atacarían a nadie. Ante una denuncia de que el corregidor de Ñumbite (Cuevo, Santa Cruz), mató y violó a una jovencita chiriguana pariente de un mburuvichá, los chiriguanos se declararon nuevamente en guerra. 6
El 6 de enero de 1892 los chiriguanos, al mando de Apiaguaiki Tumpa, partieron desde su base en Curuyuqui con dirección a la Cordillera de los Chiriguanos o Chiriguanía, donde asaltaron y prendieron fuego a todos los ranchos que encontraron, no sin antes degollar a sus ocupantes. En la madrugada del 7 de enero, emboscaron a las fuerzas militares de Sanz en la quebrada de Mandijuty, donde él y varios de sus hombres murieron, y así los chiriguanos lograron arrasar fácilmente con la población de Cuevo.
Las noticias de los ataques llegaron a Santa Cruz de la Sierra el 10 de enero, pero ni el prefecto del departamento Gral. Ramón Gonzáles o la ciudadanía en general se alarmaron por considerar que se trataba de otro levantamiento más de estos indígenas. En cambio, las autoridades chuquisaqueñas sí se preocuparon por la magnitud de los mismos y ese mismo 10 de enero llegó a la misión Santa Rosa un contingente de 50 soldados y 400 indígenas, “aliados” al gobierno, al mando del subprefecto de Azero (actualmente Provincia Luis Calvo) Coronel Tomás Frías quien, el 13 de enero, atacó e incendió el pueblo chiriguano de Ivo.
Como las autoridades no tomaron medida alguna, los chiriguanos atacaron fácilmente las poblaciones de Charagua, Gutiérrez, Alto ParapetíLagunillasCamiri donde asaltaron haciendas y mataron a sus ocupantes, aunque en algunos casos perdonaron la vida a varios de ellos. El avance guaraní bordeaba las márgenes del río Grande. Las comunidades karai de Ivo, El Ingre y Guacara quedaron vacías ya que sus habitantes huyeron mientras que los de Cuevo se refugiaron en Santa Rosa y los de Charagua enSaipurú. En Ivoka (a dos kilómetros de Ivo), un ciudadano argentino de apellido Palavecino logró escapar del ataque chiriguano para esconderse en Charagua; desde allí envió a Santa Cruz de la Sierra al jinete Zabulón Vaca para informar lo acontecido.[cita requerida]
Ante la nula intervención del gobierno nacional boliviano y del prefectural de Santa Cruz, los afectados se organizaron para frenar los ataques y los vencen en algunas ocasiones; en la propiedad Ñankaroinsa, los hermanos Castillo armaron a sus peones y lograron causar algunas bajas entre los chiriguanos, pero éstos se reagruparon e invadieron la propiedad para acabar con los Castillo, aunque estos lograron huir.
El jinete Vaca llegó a la ciudad, el 15 de enero, informando lo acontecido en provincias. Recién allí las autoridades entendieron que la ciudad estaba en peligro por lo sucedido en sus alrededores.
El prefecto, como primera medida, dictó un “Auto de Buen Gobierno”; al no haber dinero en las arcas prefecturales, convocó para el 16 de enero a una asamblea donde el pueblo decidió aportar armas y municiones para defender la ciudad ante un posible ataque, además de ayudar a las poblaciones afectadas. Mientras se armaban, en la mañana del 17 de enero llegó la noticia que Ñumbitehabía sido arrasada y al día siguiente el Prefecto Gonzáles partió al campo de batalla con 150 hombres, muchos de los cuales pelearon contra los chilenos en la Guerra del Pacífico, por lo que tenían experiencia en combate.
A las seis de la mañana del 21 de enero, Apiaguaiki Tumpa con 1.300 indígenas atacaron la misión Santa Rosa en el momento en que sus ocupantes estaban en misa, pero debieron replegarse en vista de las numerosas bajas causadas por los defensores. Al día siguiente, las fuerzas de Gonzáles estaban en Lagunillas, el 25 en Cuevo y el 27 se unieron con las de Frías, haciendo un total de 2.000 hombres, quienes decidieron terminar con ellos atacando directamente la base chiriguana de Curuyuqui o Kuruyuqui.
Derrota y fusilamiento
Gonzáles y Frías atacan Curuyuqui a las ocho de la mañana del 28 de enero encontrando gran resistencia y debieron retroceder ante la muralla de trincheras; Gonzáles fue herido y Frías asumió el mando de las tropas. Al medio día, las trincheras defensivas estaban repletas de cadáveres de guaraníes y a las cuatro de la tarde se consumaría su derrota con una masacre. Apiaguaiki y otros jefes indígenas lograron escapar.
Apiaguaiki huyendo de la persecución; en marzo se encontró con Guatinguay, el cacique de Caruruti, quien lo acompañó en toda la guerra y por eso tenía ganada su confianza y prometió ayudarle a escapar por un camino seguro ubicado en las laderas de un valle. Cuando Apiaguaiki recorría tal camino, fue capturado por un grupo armado que estaba al mando del hacendado José Martínez. Esto resultó ser una trampa tendida por Guatinguay quien prefirió traicionarlo a cambio de que le perdonen la vida.
El Tumpa fue conducido a Sauces (hoy MonteagudoChuquisaca) y entregado al Coronel Melchor Chavarría; él ordenó su tortura y fusilamiento el 29 de marzo de 1892, a las cuatro de la tarde en la plaza principal, atado a un poste de madera. Con esto concluyeron definitivamente las insurrecciones chiriguanas y se abrió el paso a la apropiación de los territorios indígenas del Chaco Boreal. Se estima que mas de 6 mil indígenas avá guaraní murieron durante el conflicto entre 1891 y 1892.






BIBLIOGRAFÍA

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María Eugenia del Valle de Siles: Bartolina Sisa y Gregoria Apaza — dos heroínas indígenas. Biblioteca Popular Boliviana de "Ultima Hora", La Paz 1981. 73 pp.
Marina Ari: Bartolina Sisa — La generala aymara y la equidad de género. Editorial Amuyañataki, La Paz 2003. 49 pp.
Boff, Leonardo. “Mística y resistencia”, en Cencos, año X, núm. 130, noviembre 1994, México. Bonfil B. Guillermo. México profundo, CNCA-Grijalbo, México, 1989. Corral Corral, Manuel de Jesús. Producción alternativa y democracia en América Latina, Grupo Editorial Miguel Ángel. Porrúa, México, en prensa.
IV Encuentro Trinacional de Pueblos Indígenas de Perú, Brasil y Bolivia. Uniendo esfuerzos para consolidar la defensa territorial de los pueblos indígenas de Madre de Dios - Acre - Pando. Puerto Maldonado, 23, 24 y 25 de setiembre de 2010.
Ruano Ibarra, ES. Protesta Indígena en Colombia: Minga de resistencial social y comunitaria. Candidata a doctora en el CEPPAC.
La Jornada (23-07-2011). Marcha indígena se inicia 15 de Agosto en rechazo a la carretera por Tipnis. Trinidad, 2011. En: www.jornadanet.com
Mac Chapin (2004). Un reto a los conservacionistas. WORLDWATCH magazine, Noviembre/Diciembre de 2004
Guzmán, Augusto, Tupaj Katari, Colección Tierra Firme, 1, Fondo de Cultura Económica, México, 1944; Siles, María Eugenia del Valle de, Historia de la rebelión de Túpac Catari, 1781-1782, Ed. Don Bosco, La Paz, 1990; Frigerio, José Oscar, La rebelión criolla de Oruro fue juzgada en Buenos Aires (1781-1801), Ediciones del Boulevard, Córdoba, 2011. ISBN 978-987-556-345-2


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